el Atlas sacó el orgullo para dar con la proeza (con una actuación individual de Quiñones y compañía para el recuerdo), y colocarse entre los mejores ocho de la Liga de Campeones de la CONCACAF.
La misión de inicio parecía casi imposible, pero así el conjunto rojinegro, con Benjamín Mora todavía en la dirección técnica, y con el apoyo de La Fiel en las gradas que alentaban a su equipo más que nunca, puso en manifiesto sus ganas por recomponer el camino a través de ataques desesperados.
Habiendo dominado los Zorros gran parte de la primera media hora de juego, laescuadra de Tegucigalpa respondió al sacudirse la presión e impacto de su rival con más futbol asociativo y de táctica, aunque aun así academia merecía mejor suerte, de modo que, al 38’, Luis Reyes halló un resquicio por la banda, y consecuentemente centró, para que Julián Quiñones se le anticipara a la defensa y cabeceara un balón que fue difícil de repeler.
La actitud del cuadro local no decayó, y menos al saberse más cerca del objetivo. Los ánimos por remontar fueron mayores. Nadie quería perderse una historia que hasta hace unos días se veía acabada, no obstante, se presentó un tiro de esquina que llevó, a la postre en el área, una serie de rebotes que desconcertaron a todos menos al más vivo, Ozziel Herrera, quien aprovechó para declarar el 2-0.
Un gol era necesario para darse el éxtasis, el cual detonó al 77’, cuando Aldo Rocha recuperara un balón que había rebotado en el larguero previamente e igualara la contienda con un remate que los metía en la siguiente ronda por el tanto de visita. La fiesta en el estadio Jalisco se estaba cocinando, y se confirmó en el agregado con el broche de oro de Quiñones, que picaba el balón ante la salida de Menjivar, y así confirmar su supervivencia en cuartos de final.