El Atlas, aún dirigido por Beñat San José, derrotó 3 a 2 a las Chivas en una edición más del clásico tapatío en el que pudo haber sido el último partido de Fernando Gago al frente del rebaño.
La rivalidad más añeja del fútbol mexicano se jugaba con todo y lo que éste involucraba para una ciudad que se divide en dos bandos, en donde los rojinegros tomaron la iniciativa con dos posibilidades que pudieron sumar. Las Chivas hicieron frente respondiendo con alguna que otra, aunque con el mismo efecto, en el que incluso Gutiérrez se quedó a un poste de poner el primero.
El juego avanzaba y los zorros poco a poco iban recuperando terreno hasta que una picardía de Rivaldo Lozano en la banda que incluyó una jugaba llena de polémica por una supuesta falta a Sepúlveda, no le importó a Jhon Murillo quien aprovechó el momento para empujar la bola a las redes sobre el 40’.
Al salir de los vestuarios, el Atlas entraría con la misma energía que el primer tiempo, aunque a diferencia de esos momentos ahora si llegaría la recompensa cuando Márquez disparó desde las afueras del área grande que sometió a un Rangel que no tuvo tiempo para poder reaccionar. Igual que el equipo, que en un abrir y cerrar de ojos se topaba con el tercero en contra obra de Lozano que aprovechaba el dulce de la defensa al 52’.
Pero los rojiblancos verían una luz que se agrandaba conforme llegaba el tanto de Ricardo Marín aderezado con una mala salida de Camilo Vargas al 64’, y solamente 9 minutos después Roberto Alvarado, ante la asistencia de Chávez, que a segundo poste remataba solo para hacer prender la velita a la afición, que no sirvió de nada porque al final el clásico es rojinegro.
