Seis años después, Chivas volvió a ser local en la Copa de Campeones de la CONCACAF, y con un aplastante global ante el Forge de 5 a 1, avanzan a la próxima ronda aguardando a las águilas.
A pesar de haber labrado su camino por la cómoda victoria en Canadá, Sánchez inició probando a Kalongo en el 6’, sin concebir lo que ocurriría después, pasó de ser héroe a villano, porque al córner siguiente (min. 7′) le dejaba servido el gol a Gutiérrez que solo tuvo que barrerse para llenar de alegría a los poco más de 25 mil aficionados en el Akron.
Estando con resultado en la bolsa, las Chivas dejaron su comienzo fulgurante para enfocarse en aprovechar uno de esos errores defensivos de los visitantes que marcaron la diferencia en la eliminatoria, pero tantos fallos no fueron conducidos a las redes. Quien sí mostró sus habilidades fue Whalley, que evitaba la caída de su marco por un fortísimo disparo de Bekker antes de que ambos equipos se marcharan al descanso.
Luego de la pausa, Cowell se enchufó como lo había hecho con anterioridad siendo la guía en la ofensiva, en donde una incursión suya provocaba un tiro libre, el cual ejecutó el recién ingresado Marín al 48’, pero ahora si Kalongo atacaba bien el balonazo del delantero mexicano. A continuación, el añoro del Forge fue superar a su símil, y lo estaba haciendo con más empuje que con fútbol.
Sin embargo, justo a la hora de juego, Castillo reflejó en el marcador la superioridad que ya demostraba el cuadro de Gago con creces cuando el rebote de Kalongo le cayó en la testa. Todavía en el 92’, Travenier descontaba para The Hammers, y cerrar cifras definitivas para un rebaño que sigue mejorando.